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Recital de poemas de José Agustin Goytisolo

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viernes, 19 de octubre de 2012

JORGE GUILLÉN

Jorge Guillén


Jorge Guillén nació el 13 de enero de 1893, en Valladolid. Los estudios primarios los cursó en el Colegio de San Gregorio.

Viajó a Estrasburgo, con sólo dieciséis años, para estudiar francés. Posteriormente cursó estudios universitarios de Letras en la Universidad de Madrid y de Granada. Entre 1917 y 1920, fue lector de español en la Sorbona de París, sucediendo al poeta Pedro Salinas y fue allí donde comenzó a escribir poesía.

Hasta 1920 no comenzó a publicar y lo hizo en la revista La Pluma y, poco más tarde, en Revista de Occidente.

Regresó a España en 1923 y obtuvo la Cátedra de Literatura Española en la Universidad de Murcia en 1925.

Posteriormente, se trasladó a Oxford donde consiguió un doctorado y desde allí volvió para ser catedrático en la Universidad de Sevilla.

Después de comenzada la guerra civil, en agosto de 1936 fue encarcelado en Pamplona y aunque fue liberado, el Ministerio de Educación lo inhabilitó para el ejercicio de cualquier cargo público. Decidió exiliarse a Estados Unidos en 1938 y allí dio clases de literatura española en el Wellesley College desde 1940 a 1951.

Durante estos años del exilio murió su primera esposa con la que contrajo matrimonio en París, además de sufrir la pérdida de su entrañable amigo Pedro Salinas, poeta también adscrito a la Generación del 27.

En 1958 impartió un curso en la cátedra de Charles Elior Norton, de la Universidad de Harvard, clases que después compiló en su obra Lenguaje y Poesía.

Tres años más tarde, en 1961, contrajo nuevo matrimonio con Irene Mochi Sismondi.

Por el fallecimiento de Franco, en 1975, regresó a España y se instaló en Málaga, una vez ya jubilado de la docencia universitaria, procedente de Italia, país en el que había residido.

Años más tarde, en 1976, obtuvo el Premio Cervantes y, dos años después, también fue nombrado académico de honor de la Real Academia de la Lengua Española en 1978.

Falleció en Málaga en 6 de febrero de 1984.

.Su poesía está adscrita a la llamada Generación del 27 y su lírica ofrece una visión optimista y gozosa de la vida, del mundo y es considerada como “poesía pura” porque en ella no existe el menor atisbo de ornamentación modernista y se ofrece la palabra desnuda, depurada y unida a su significado con la mayor precisión. Precisamente, su preocupación por alcanzar la máxima pureza en la expresión, el mayor rigor, le hizo demorarse en la escritura de su primer libro, Cántico que se público por primera vez en 1928 y que fue ampliado sucesivamente hasta 1950.

La mejor demostración de su concepción de la poesía la ofrece el subtítulo de esa primera obra que es Fe de vida y que expresa el gozo apasionado ante la propia realidad de la existencia. Ese sentir entusiasta lo expresa, sin embargo, con un esmerado método estructurado y riguroso en la manifestación intelectual, por lo que se le compara con Paul Valery, a pesar de que este último autor ofrece un pesimismo radical en su obra que contrasta con el optimismo pletórico que ofrece la obra de Guillén. Toda imperfección en la creación del universo y del propio hombre es obviada, negada por la exaltación del poeta que encuentra motivos de celebración incluso en los aspectos más vulgares y anodinos de la existencia. La obra de Guillén se aúna a la idea de la poesía pura que había propugnado e iniciado Juan Ramón Jiménez.

Su trayectoria intelectual y poética estuvo marcada por su incesante actividad creativa. Colaboró en múltiples e importantes revistas literarias como son la ya citada La Pluma, Índice, Litoral, Revista de Occidente y otras muchas que sería prolijo reseñar.

Fue un gran crítico literario y teórico de la poesía, además de estudioso de la obra de varios de los principales poetas europeos y, además, tradujo el Cementerio Marino de Paul Valery, autor que ejerció, sin duda, una gran influencia en la obra posterior de Guillén, porque compartía con éste último la fe en la poesía pura que, según afirmaba, aquella es “lo que queda cuando al poema se le quita todo lo que no es poesía”.