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Recital de poemas de José Agustin Goytisolo

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miércoles, 30 de marzo de 2016

BLAS DE OTERO


Blas de Otero (Bilbao,1916-Madrid,1979) poeta español, considerado uno de las más importantes voces de la poesía de la posguerra, por estar su obra notablemente influenciada por las cuestiones metafísicas que le llevaron hasta la vertiente social y testimonial de la época en la que vivió, y en la que se manifestó indudablemente a lo largo de su trayectoria poética y vital como parte de la resistencia antifranquista, a través del llamado “exilio interior, pues a pesar de su pensamiento político no marchó al exilio como otros muchos intelectuales y artistas coetáneos suyos.
            Curso estudios en los jesuitas y, posteriormente, Derecho en Valladolid, además de Filosofía y Letras en Madrid. Sus inquietudes políticas, a pesar de sus orígenes burgueses pues nació en el seno de una familia acomodada, le llevaron a ingresar en el Partido Comunista, a raíz de un viaje que realizó a París, viviendo durante largas temporadas tanto en Francia como en Cuba.
            Sus fuertes creencias religiosas, inducidas por la educación recibida, le llevaron a publicar  su primer poemario Cántico espiritual (1942), obra en la que se aprecia la gran influencia que en ella tienen los místicos españoles. Sin embargo, en su segunda obra, Ángel fieramente humano (1950), la espiritualidad deja paso a un evidente conflicto interior de tintes metafísicos, en la que mantiene  tensos diálogos con Dios en los que se advierten ya la sombra del nihilismo que empieza a mostrar y, también, las súplicas a un Dios distante e inalcanzable en las que se aprecia el dolor de la duda y la confusión espiritual en las que se debate el poeta.
            La duda espiritual que ya se manifiesta en su obra anterior, se hace más global y universal,  influenciado su ánimo por las continuas guerras que asolaron Europa y España en años anteriores,  en la siguiente poemario Redoble de conciencia (1951) dejando un triste reguero de sufrimiento, horror y muerte, lo que se hace palpable en su siguiente poemario Redoble de conciencia (1951); poemario al que siguió Ancla (1958), volumen recopilatorio de los dos poemarios anteriores, formado su título con la primera sílaba del primero y la última del segundo, respectivamente, a la que se añadieron muchos poemas inéditos. En esta obra se manifiesta de forma palpable el vacío interior del poeta y sus constantes súplicas a Dios que no obtienen respuesta, lo que profundiza en Blas de Otero su nihilismo existencial sobre la propia realidad del hombre que le lleva a exclamar: ““Esto es ser hombre: horror a manos llenas”. Ancla es una obra que está considerada como  poesía “bronca y desarraigada”, según palabras de Dámaso Alonso que escribe el prólogo de la misma, y a la que considera una obra con una gran carga de sentido religioso; pero también dotada de una profunda desolación interior en la que no encuentra el sentido de la existencia; pero sin abandonar en ningún momento la exultante intensidad del lenguaje, sin olvidar las formas poéticas clásicas como es el soneto, además de una exuberante utilización de imágenes que utiliza para proyectar los conceptos en hábiles piruetas verbales; y mezcla de lenguajes culto y popular que se  alternan, además de incorporar el collage, es decir, elementos heterogéneos que, todos ellos, dotan a su obra de una originalidad propia que se mantendrá a lo largo del tiempo a pesar de la evolución que sufre su obra poética.
            A partir de entonces, su obra se hace social y abandona la metafísica para  incidir más en el plano humano y su problemática, lo que se advierte en su siguiente poemario Pido la paz y la palabra (1955). Esta obra se puede considerar un referente indudable del profundo cambio que sufre su poesía, puesta pasa a manifestar una inquebrantable convicción en la solidaridad humana, dejando atrás su anterior escepticismo existencial y el nihilismo subyacente, para proclamar a la esperanza como única vía salvadora del género humano y darle sentido a la existencia. Todo ello lo realiza al hacer su voz poética el eco que repite incansablemente” la hermandad con la tragedia viva”, lo que lo convierte en un grito comprometido de lucha y esperanza para redimir al ser humano de las injusticias, sufrimientos y abusos a los que es sometido a lo largo de la historia.
            Obras posteriores son En castellano (1960), en la que sigue poniendo de manifiesto esta preocupación social; Con la inmensa mayoría (1961) y Hacia la
Inmensa mayoría (1962), a modo de compendio esta última de sus obras anteriores.
         Les siguieron Esto no es un libro (1963), Que trata de España (1964), Mientras (1970) y Poesía con nombres (1977). Por último, Expresión y reunión (1969 y 1981),  ambas ediciones de sus obras escritas y publicadas entre 1941 y 1968.
          También escribió en prosa, especialmente del género biográfico, en  su obra Historias fingidas y verdaderas (1970).
            Toda la poesía de Blas de Otero está dominada por el tono bronco, áspero y fuerte, en la que se advierte un acento evidente de violencia en algunos de sus versos, en los que enfrenta a España como su interlocutora y patria, la que le despierta sentimientos confusos y encontrados de amor-odio, en una lucha interna que se evidencia a lo largo de su trayectoria poética.
            La obra de Blas de Otero no es muy extensa, pero eso no ha sido óbice para ser considerado uno de los mayores exponentes de la poesía de la posguerra y con enorme influencia en poetas posteriores, por su carga de lirismo e intenso compromiso social que se aúnan, dando como resultado una obra de una gran intensidad, elocuencia y lirismo.



Bibliografía de Blas de Otero

Poesía
Blas de Otero
  • Cuatro poemas, Editor J. Díaz Jácome, 1941.
  • Cántico espiritual, Cuadernos del Grupo Alea, San Sebastián, 1942.
  • Ángel fieramente humano, Ínsula, Madrid, 1950.
  • Redoble de conciencia, Instituto de Estudios Hispánicos, Barcelona, 1951.
  • Pido la paz y la palabra, Ediciones Cantalapiedra, Torrelavega (Santander), 1955.
  • Ancia, Editor Alberto Puig, Barcelona, 1958. Prólogo de Dámaso Alonso.
  • Parler clair / En castellano, Pierre Seghers, París, 1959. Edición bilingüe de Claude Couffon.
  • En castellano, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1960.
  • Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia, Losada, Buenos Aires, 1960.
  • Que trata de España, Editorial R.M., 1964 (edición castigada).
  • Que trata de España, Ruedo Ibérico, París, 1964.
  • Historias fingidas y verdaderas, Alfaguara, Madrid, 1970.
  • Pido la paz y la palabra, Lumen, Barcelona, 1975. Introducción de José Batlló, primera edición completa en España.
  • En castellano, Lumen, Barcelona, 1977. Primera edición en España.
  • Que trata de España, Visor, Madrid, 1977. Primera edición completa en España.
  • Hojas de Madrid con La galerna, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, Barcelona, 2010. Edición de Sabina de la Cruz, prólogo de Mario Hernández.
Recopilaciones[
  • Con la inmensa mayoría, Losada, Buenos Aires, 1960 (con Pido la paz y la palabra y En castellano).
  • Hacia la inmensa mayoría, Losada, Buenos Aires, 1962 (con Ángel fieramente humano, Redoble de conciencia, Pido la paz y la palabra y En castellano).
  • Que trata de España, Editora Nacional de Cuba, La Habana, 1964 (con Pido la paz y la palabra, En castellano y Que trata de España).
Antologías[
  • Antología (y notas), Mensajes de Poesía, Vigo, 1952.
  • Esto no es un libro, Universidad de Puerto Rico, Río Piedras, 1963.
  • Expresión y reunión (1941-1969), Alfaguara, Madrid, 1969.Reedición (1981)
  • Mientras, Javalambre, Zaragoza, 1970.
  • País (1955-1970), Plaza y Janés, Barcelona, 1971. Prólogo de José Luis Cano.
  • Verso y prosa, Cátedra, Madrid, 1974 (edición del autor).
  • Todos mis sonetos, Turner, Madrid, 1977. Prólogo de Sabina de la Cruz.
  • Poesía con nombres, Alianza, Madrid, 1977.
  • Expresión y reunión (A modo de antología), Alianza, Madrid, 1981.
  • Verso y prosa, epílogo de Sabina de la Cruz, Cátedra, Madrid, 1984.
  • Blas de Otero para niños, Ediciones de la Torre, 1985. Edición de Concha Zardoya, ilustraciones de Marina Seoane.
  • Poemas de amor, Lumen, Barcelona, 1987. Edición de Carlos Sahagún.
  • Poesía escogida, Vicens Vives, Barcelona, 1995. Edición de Sabina de la Cruz y Lucía Montejo.
  • Mediobiografía (Selección de poemas biográficos), Calambur, Madrid, 1997. Edición de Sabina de la Cruz y Mario Hernández.
  • Poemas vascos, Fundación Blas de Otero y Ayuntamiento de Bilbao, Bilbao, 2002. Selección y prólogo de Sabina de la Cruz.
  • Antología poética. Expresión y reunión, Alianza, Madrid, 2007. Introducción de Sabina de la Cruz.
  • Antología poética, Castalia, Madrid, 2007. Edición de Pablo Jauralde Pou.
Inéditos
  • Poesía e historia.
  • Nuevas historias fingidas y verdaderas.
Obra completa[

  • Blas de Otero. Obra completa (1935-1977). Edición de Sabina de la Cruz con la colaboración de Mario Hernández. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2013. 1274 p. ISBN: 9-788481-099553.

Poemas de Blas de Otero

PENÚLTIMA PALABRA
Blas de Otero

Dentro de poco moriré.
El zafarrancho de mi vida
toca a su fin. El alma está partida,
y el cuerpo a punto de partir. Lo sé.
Amé la vida, sin embargo.
Bien sabes tú que la amé mucho.
Aunque me expulsen de la vida, lucho
aún. Ancho el amor y el dolor largo.
Veo los ríos, me conmueven.
Contemplo un árbol, quedo absorto.
El mar inmenso me parece corto
de luces frente a muertos que se mueven.
He caminado junto al hombre.
Participé sus arduas luchas.
Muchos han sido los fracasos; muchas
más las conquistas que no tienen nombre.
Dentro de poco moriré.
Aquí está todo mi equipaje.
Cuatro libros, dos lápices, un traje
y un ayer hecho polvo que aventé.
Esto fue todo. No me quejo.
Sé que he vivido intensamente.
(Demasiado intensamente.) Enfrente
está el futuro: es todo lo que os dejo.
(Hojas de Madrid con la galerna, 1968-1979)


HISTORIAS FINGIDAS Y VERDADERAS
Estas historias que se acercan tanto
a la verdad, son puro fingimiento:
no ostentan otro firme fundamento
que la verdad que veo y toco en cuanto
escribo y finjo que soñé: vi tanto,
tanta realidad se llevó el viento,
que imaginé ya fútil aspaviento
vida, sueño, verdad, historia, espanto.
Nací en España, y en España apenas
engendra la razón sino hórreos sueños
y lo que existe, existe a duras penas.

Tal fue la historia de mi vida: imagen
real y semejanza de los sueños
de mi patria. Compruébenlo, barajen.
( Hojas de Madrid con la galerna, 1968-1979)

INVASIÓN
Maravilloso mar el de la muerte.
Tocar el fondo, al fin, tocar el fondo.
No hender las olas en que hoy me escondo,
sino hacer pie pisando, ahondando fuerte.

Entro en el centro de la sombra inerte,
y, desde allí, retorno al aire, rondo
la luz, revivo y viro en el más hondo
maravilloso mar: el de la muerte.
Muertos del mundo: uníos, emerged
entre sangre y cadenas; renaced
de las revoluciones invencidas.

Renaceré yo, mar, en las arenas
de Playa Larga, rotas las cadenas
de las olas que invaden nuestras vidas.
(Todos mis sonetos, 1977)

CARTILLA (POÉTICA)

La poesía tiene sus derechos.
Lo sé.
Soy el primero en sudar tinta
delante del papel.
La poesía crea las palabras.
Lo sé.
Esto es verdad y sigue siéndolo
diciéndola al revés.
La poesía exige ser sinceros.
Lo sé.
Le pido a Dios que me perdone
y a todo dios, excúsenme.
La poesía atañe a lo esencial
del ser.
No lo repitan tantas veces,
repito que lo sé.
Ahora viene el pero.
La poesía tiene sus deberes.
Igual que un colegial.
Entre yo y ella hay un contrato
social.
Ah las palabras más maravillosas,
«rosa», «poema», «mar»,
son m pura y otras letras:
o, a…
Si hay un alma sincera, que se guarde
(en el almario) su cantar.
¿Cantos de vida y esperanza,
serán?
Pero yo no he venido a ver el cielo,
te advierto. Lo esencial
es la existencia; la conciencia
de estar
en esta clase o en la otra.
Es un deber elemental.
( De Qué trata de España, 1964)

EN CASTELLANO
Aquí tenéis mi voz
alzada contra el cielo de los dioses absurdos,
mi voz apedreando las puertas de la muerte
con cantos que son duras verdades como puños.
Él ha muerto hace tiempo, antes de ayer. Ya hiede.
Aquí tenéis mi voz zarpando hacia el futuro.
Adelantando el paso a través de las ruinas,
hermosa como un viaje alrededor del mundo.
Mucho he sufrido: en este tiempo, todos
hemos sufrido mucho.
Yo levanto una copa de alegría en las manos,
en pie contra el crepúsculo.
Borradlo. Labraremos la paz, la paz, la paz,
a fuerza de caricias, a puñetazos puros.
Aquí os dejo mi voz escrita en castellano.
España, no te olvides que hemos sufrido juntos.
  (En castellano,1960) 

GUERNICA
Picasso
Aquí estoy
frente a ti Tibidabo
hablando viendo
la tierra que me faltaba para escribir "mi patria
es también Europa y poderosa"
asomo el torso y se me dora
paso sorbiendo roma olivo entro
por el Arc de Bará
de repente remonto todo transido el hondo
Ebro
a brazazos retorno arribo a ti
Vizcaya
árbol que llevo y amo desde la raíz
y un día fue arruinado bajo el cielo.

Ved aquí las señales
esparcid los vestigios
el grito la ira
gimiente
con el barabay
el toro cabreado directamente oíd
ira escarnio ni dios
oh nunca nunca
oh quiero quiero que no se trapapelen
el cuello bajo la piedra
la leche en pleno rostro el dedo
de este niño
oh nunca ved aquí
la luz equilibrando el árbol
de la vida.
(En castellano, 1960)

ECCE HOMO
En calidad de huérfano nonato,
y en condición de eterno pordiosero,
aquí me tienes, Dios. Soy Blas de Otero,
que algunos llaman el mendigo ingrato.

Grima me da vivir, pasar el rato,
tanto valdría hacerme prisionero
de un sueño. Sí es que vivo porque muero,
¿a qué viene ser hombre o garabato?

Escucha cómo estoy, Dios de las ruinas.
Hecho un cristo, gritando en el vacío,
arrancando, con rabia, las espinas.

¡Piedad para este hombre abierto en frío!
¡Retira, oh Tú, tus manos asembrinas
-no sé quién eres tú, siendo Dios Mío!
(Ancia, 1958)

TARDE ES, AMOR 

Volví la frente: Estabas. Estuviste
esperándome siempre.
Detrás de una palabra
maravillosa, siempre.
Abres y cierras, suave, el cielo.
Como esperándote, amanece.
Cedes la luz, mueves la brisa
de los atardeceres.
Volví a la vida; vi que estabas
tejiendo, destejiendo siempre.
Silenciosa, tejiendo
(tarde es, Amor, ya tarde y peligroso.)
y destejiendo nieve..
(Ancia, 1958)

A LA INMENSA MAYORÍA

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos su versos.
Así es, así fue. Salió una noche
echando espuma por los ojos, ebrio
de amor, huyendo sin saber adónde:
a donde el aire no apestase a muerto.
Tiendas de paz, brizados pabellones,
eran sus brazos, como llama al viento;
olas de sangre contra el pecho, enormes
olas de odio, ved, por todo el cuerpo.
¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces
en vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles peces de metal recorren
las espaldas del mar, de puerto a puerto.
Yo doy todos mis versos por un hombre
en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
mi última voluntad.  Bilbao, a once
de abril, cincuenta y uno.
 (Pido la paz y la palabra,1955)


 HIJA DE YAGO

Aquí, proa de Europa preñadamente en punta;
aquí, talón sangrante del bárbaro Occidente;
áspid en piedra viva, que el mar dispersa y junta;
pánica Iberia, silo del sol, haza crujiente.
Tremor de muerte, eterno tremor escarnecido,
ávidamente orzaba la proa hacia otra vida,
en tanto que el talón, en tierra entrometido,
pisaba, horrible, el rostro de América adormida.
¡Santiago y cierra España! Derrostran con las uñas
y con los dientes rezan a un Dios de infierno en ristre,
encielan a sus muertos, entierran las pezuñas
en la más ardua historia que la Historia registre.
Alángeles y arcángeles se juntan contra el hombre.
Y el hambre hace su presa, los túmulos su agosto.
Tres años y cien caños de sangre Abel, sin nombre...
(Insoportablemente terrible es su arregosto.)
Madre y maestra mía, triste, espaciosa España,
he aquí a tu hijo. Úngenos, madre. Haz
habitable tu ámbito. Respirable tu extraña
paz. Para el hombre, Paz. Para el aire, madre, paz.
 (Pido la paz y la palabra,1955)

EN EL PRINCIPIO

Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
(Pido la paz y la palabra, 1955)

EN NOMBRE DE MUCHOS

Para el hombre hambreante y sepultado
en sed —salobre son de sombra fría—,
en nombre de la fe que he conquistado:
alegría.
Para el mundo inundado
de sangre, engangrenado a sangre fría,
en nombre de la paz que he voceado:
alegría.
Para ti, patria, árbol arrastrado
sobre los ríos, ardua España mía,
en nombre de la luz que ha alboreado:
alegría.
(Pido la paz y la palabra, 1955)

EN EL PRINCIPIO

Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
(…porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más…(Quijote, 11, cap.74)
 Me llamarán, nos llamarán a todos.
Tú, y tú, y yo, nos turnaremos,
en tornos de cristal, ante la muerte.
Y te expondrán, nos expondremos todos
a ser trizados ¡zas! por una bala.
Bien lo sabéis. Vendrán
por ti, por ti, por mí, por todos
Y también
por ti.
(Aquí
no se salva ni dios. Lo asesinaron.)
Escrito está. Tu nombre está ya listo,
temblando en un papel. Aquel que dice:
abel, abel, abel ... o yo, tú, él ...
Pero tú, Sancho Pueblo,
pronuncias anchas sílabas,
permanentes palabras que no lleva el viento...
(Pido la paz y la palabra, 1955)

BASTA 

Imaginé mi horror por un momento
que Dios, el solo vivo, no existiera,
o que, existiendo, sólo consistiera
en tierra, en agua, en fuego, en sombra, en viento.
Y que la  muerte, oh estremecimiento,
fuese el hueco sin luz de una escalera,
un colosal vacío que se hundiera
en un silencio desolado, liento.
Entonces ¿para qué vivir, oh hijos
de madre, a qué vidrieras, crucifijos
y todo lo demás? Basta la muerte.
Basta. Termina, oh Dios, de maltratarnos.
O si no, déjanos precipitarnos
sobre Ti —ronco río que revierte.
(de Redoble de conciencia,1951) 

DIGO VIVIR

Porque vivir se ha puesto al rojo vivo.
(Siempre la sangre, oh Dios, fue colorada.)
Digo vivir, vivir como si nada
hubiese de quedar de lo que escribo.
Porque escribir es viento fugitivo,
y publicar, columna arrinconada.
Digo vivir, vivir a pulso, airada-
mente morir, citar desde el estribo.
Vuelvo a la vida con mi muerte al hombro,
abominando cuanto he escrito: escombro
del hombre aquel que fui cuando callaba.
Ahora vuelvo a mi ser, torno a mi obra
más inmortal: aquella fiesta brava
del vivir y el morir. Lo demás sobra.
 (Redoble de conciencia,1951)

BASTA

Imaginé mi horror por un momento
que Dios, el solo vivo, no existiera,
o que, existiendo, sólo consistiera
en tierra, en agua, en fuego, en sombra, en viento.
Y que la  muerte, oh estremecimiento,
fuese el hueco sin luz de una escalera,
un colosal vacío que se hundiera
en un silencio desolado, liento.
Entonces ¿para qué vivir, oh hijos
de madre, a qué vidrieras, crucifijos
y todo lo demás? Basta la muerte.
Basta. Termina, oh Dios, de maltratarnos.
O si no, déjanos precipitarnos
sobre Ti —ronco río que revierte.
  (de Redoble de conciencia, 1951)

CUERPO DE MUJER; RÍO DE ORO

                               ... Tántalo en fugitiva fuente de oro.
                               F. DE QUEVEDO

Cuerpo de la mujer, río de oro
donde, hundidos los brazos, recibimos
un relámpago azul, unos racimos
de luz rasgada en un frondor de oro.
Cuerpo de la mujer o mar de oro
donde, amando las manos, no sabemos,
si los senos son olas, si son remos
los brazos, si son alas solas de oro...
Cuerpo de la mujer, fuente de llanto
donde, después de tanta luz, de tanto
tacto sutil, de Tántalo es la pena.
Suena la soledad de Dios. Sentimos
la soledad de dos. Y una cadena
que no suena, ancla en Dios almas y limos.
(Ángel fieramente humano,1950) 

HOMBRE

Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
Alzo la mano, y tú me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser —y no ser— eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!
(Ángel fieramente humano,1950)

MÚSICA TUYA

¿Es verdad que te gusta verte hundida
en el mar de la música; dejarte
llevar por esas alas, abismarte
en esa luz tan honda y escondida?
Si no es así, no ames más; dame tu vida,
que ella es la esencia y el clamor del arte;
herida estás de Dios de parte a parte,
y yo quiero escuchar solo esa herida.
Mares, alas, intensas luces libres,
sonarán en mi alma cuando vibres,
ciega de amor, tañida entre mis brazos.
Y yo sabré la música ardorosa
de unas alas de Dios, de una luz rosa,
de un mar total con olas como abrazos.
(Ángel fieramente humano,1950)

   LA TIERRA

Un mundo como un árbol desgajado.
Una generación desarraigada.
Unos hombres sin más destino que
apuntalar las ruinas.
                                          Romper el mar
en el mar, como un himen inmenso,
mecen los árboles el silencio verde,
las estrellas crepitan, yo las oigo.
Sólo el hombre está solo. Es que se sabe
vivo y mortal. Es que se siente huir
—ese río del tiempo hacia la muerte—.
Es que quiere quedar. Seguir siguiendo,
subir, a contramuerte, hasta lo eterno.
Le da miedo mirar. Cierra los ojos
para dormir el sueño de los vivos.
Pero la muerte, desde dentro, ve.
Pero la muerte, desde dentro, vela.
Pero la muerte, desde dentro, mata.
...El mar —la mar—, como un himen inmenso,
los árboles moviendo el verde aire,
la nieve en llamas de la luz en vilo...

(Ángel fieramente humano,1950)