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Recital de poemas de José Agustin Goytisolo

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sábado, 31 de mayo de 2014

MANUEL ALTOLAGUIRRE

por Ana Alejandre                                                                         
Manuel Altolaguirre


Su nombre completo era Manuel Altolaguirre Bolín, poeta, editor y productor cinematográfico, nacido en Málaga, el 29 de junio de 1905.

Cursó estudios de bachillerato en colegio de jesuitas y, posteriormente, Derecho en la Universidad de Granada y aunque obtuvo dicha licenciatura nunca ejerció de abogado.

Desde muy joven sintió interés por todo lo relativo al mundo de la edición e impresión de libros. Por ese motivo y unido a su condición de poeta, aunó ambas actividades y componía versos que, más tarde, el mismo editaba e imprimía, denominando a su actividad de editor como “un auténtico rincón de poesía”, por la libertad que le confería poder escribir y editar sin cortapisas ni injerencias ajenas.

Llevado por su vocación poética, fundo en 1923 la primera revista poética Ambos, junto a José María Hinojosa y José María Souvirón.

Más tarde, entró en contacto con los círculos literarios de Madrid a los que frecuentó y allí conoció a José Bergamín, a Federico García Lorca, al que ya había conocido en Málaga hacía algunos años, y Rafael Alberti; todos ellos figuras destacadas de la poesía.

Junto a Emilio Prados, fundó, en 1926, la revista Litoral, de la que fue codirector y, además, editó personalmente los cuadernos literariosPoesía, en Málaga y París.

Su primer poemario lo publicó en este último año Las islas invitadas y otros poemas. Al que siguieron Poemas del agua, 1927, y Soledades juntas, en 1931.

En 1932 se casó con Concha Méndez, también escritora. Desde 1933 a 1935, el matrimonio Altolaguirre vivió en Londres, continuando con la labor editorial y crearon la revista bilingüe hispano-inglesa "1616", en homenaje y recuerdo al año de la muerte de Cervantes y Shakespeare.

Altolaguirre Regresó a España en 1935, y fundó la revista Caballo Verde para la Poesía, a la que consideraba la representación de la llamada “poesía humana”, dirigida por el poeta chileno Pablo Neruda entre 1935 y 1936. Fue en este último año cuando fundó la colección poéticaEl Héroe, dedicada a las obras de los poetas de su generación.

Su interés y vocación artística le llevó a realizar labores teatrales, desde la dirección escénica de obras como Mariana Pineda, de García Lorca, que fue estrenada durante el Congreso Internacional de Escritores Antifascistas. 

Esa postura política la mantuvo una vez declarada la Guerra Civil en la que manifestó su apoyo al bando republicano, lo que le supuso el exilio obligado cuando finalizó la guerra. Por dicho motivo, se exilió, primero a Cuba y, posteriormente a Méjico, pero antes fue internado en un campo de concentración francés, experiencia traumática que le supuso sufrir una crisis nerviosa durante su internamiento.

Después de ser liberado del campo llegó a Cuba, acompañado de su esposa y su hija mayor, país en el que residieron hasta que marcharon a Méjico hasta el final de su exilio.

Se separa de su esposa, Concha Méndez, y comienza una relación sentimental con María Luísa Gómez Mena.

Su labor editorial continua y edita Poemas de las islas invitadas, en 1936, en el primer suplemento de la revista Litoral que es publicada en Méjico, aunque muy fugazmente, en colaboración con Emilio Prados, Francisco Giner de los Ríos y otros. En ese mismo año, publica también La lenta libertad.

Funda con su pareja de entonces, María Luísa Gómez Mena, la editorial Isla, cuyo fondo editorial se compone tanto de autores cásicos como contemporáneos, como Bergamín o Unamuno, entre otros. 

Sus incursiones en el mundo cinematográfico no cesan, por lo que escribe y produce la película Subida al cielo, en 1951, dirigida por Luís Buñuel; además, realiza una versión de El cantar de los cantares.

En el teatro realizó, como autor teatral, Entre dos públicos, en1934.

En cuanto a otros géneros literarios que también cultivó, fue autor de una biografía de Garcilaso de la Vega, así como realizó traducciones de Shelley y Pushkin. Realizó y publicó una Antología de la poesía romántica española, en 1932, y un ensayo que lleva por título Presente de la lírica mejicana, en 1946. En este año publicar Nuevos Poemas de las islas invitadas, que había vuelto a reeditar en 1944. Y su último poemario Fin de un amor, fue publicado en 1949.

También dejó una novela sin terminar, El caballo griego, que fue publicada de forma parcial en Papeles de Son Armadans, en 1958, revista literaria fundada y dirigida por Camilo José Cela.

Falleció, en una accidente de tráfico, junto a su esposa, en Burgos, el 26 de julio de 1959.

El Premio Nacional de Literatura le fue otorgado en 1933.


Comentarios sobre su obra:

Es el más joven de los poetas adscritos a la Generación del 27; pero también es el más espiritual y con un profundo tono intimista en toda su obra.

Su obra no es muy extensa, y en ella se advierte notablemente una cierta desigualdad, tanto en forma como en estilo, pero supo crear con hondura y sensibilidad un mundo poético personal e intimista, en el que se puede apreciar una gran riqueza de matices.

Su polifacetismo le llevó a intentar experimentar tanto en el mundo de la poesía, del cine y el teatro, además de en otros géneros literarios como el ensayo, la biografía, las memorias y hasta la novela. Tenía una gran facilidad de expresión y en todos esos géneros se advierte su peculiar y profunda sensibilidad, aunque es en la poesía donde alcanza mayores cotas de calidad literaria, de autenticidad en su expresión artística y de riqueza conceptual y formal.


Biibliografía de Manuel Altolaguirre

Bibliografía , premios y enlaces de Manuel Altolaguirre                

Manuel Altolaguirre
BIBLIOGRAFÍA

Poesía:

Las islas invitadas (1926)
Poemas del agua (1927)
Soledades juntas (1931)
La lenta libertad (1936)
Las islas invitadas (1936)
Nube temporal (1939)
Poemas de las islas invitadas (1944)
Nuevos poemas de las islas invitadas (1946)
Fin de un amor (1949)
Poemas en América (1955).

Memorias:
El caballo griego
Teatro:
Entre dos públicos (1934)
El triunfo de las Germanías

PREMIOS

Premio Nacional de Literatura, 1933

ENLACES


Muestra poética de Manuel Altolaguirre


PLAYA                                                                                                 
Manuel Altolaguirre


A Federico García Lorca

Las barcas de dos en dos,
como sandalias del viento
puestas a secar al sol.

Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.

Sobre la arena tendido
como despojo del mar
se encuentra un niño dormido.

Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.

Y más allá, pescadores
tirando de las maromas
amarillas y salobres.

Yo y mi sombra, ángulo recto.
Yo y mi sombra, libro abierto.

 Las islas invitadas (1926)

 SEPARACIÓN

Mi soledad llevo dentro,
torre de ciegas ventanas.

Cuando mis brazos extiendo
abro sus puertas de entrada
y doy camino alfombrado
al que quiera visitarla.
Pintó el recuerdo en los cuadros
que decoran sus estancias.
Allí mis pasadas dichas
con mi pena de hoy contrastan.

¡Qué juntos los dos estábamos!
¿Quién el cuerpo? ¿Quién el alma?
Nuestra separación última,
¡qué muerte fue tan amarga!

Ahora dentro de mí llevo
mi alta soledad delgada.

Ejemplo (1927)

TUS PALABRAS

Apoyada en mi hombro
eres mi ala derecha.
Como si desplegaras
tus suaves plumas negras,
tus palabras a un cielo
blanquísimo me elevan.

Exaltación. Silencio.
Sentado estoy a mi mesa,
sangrándome la espalda,
doliéndome tu ausencia.

 Poesía (1930-1931)

BESO

¡Qué sola estabas por dentro!

Cuando me asomé a tus labios
un rojo túnel de sangre,
oscuro y triste, se hundía
hasta el final de tu alma.

Cuando penetró mi beso,
su calor y su luz daban
temblores y sobresaltos
a tu carne sorprendida.

Desde entonces los caminos
que conducen a tu alma
no quieres que estén desiertos.

¡Cuántas flechas, peces, pájaros,
cuántas caricias y besos!

Era mi dolor tan alto,
que la puerta de la casa
de donde salí llorando
me llegaba a la cintura.

¡Qué pequeños resultaban
los hombres que iban conmigo!
Crecí como una alta llama
de tela blanca y cabellos.

Si derribaran mi frente
los toros bravos saldrían,
luto en desorden, dementes,
contra los cuerpos humanos.

Era mi dolor tan alto,
que miraba al otro mundo
por encima del ocaso.

Poesía (1930-1931

LAS CARICIAS

¡Qué música del tacto
las caricias contigo!
¡Qué acordes tan profundos!
¡Qué escalas de ternuras,
de durezas, de goces!
Nuestro amor silencioso
y oscuro nos eleva
a las eternas noches
que separan altísimas
los astros más distantes.
¡Qué música del tacto
las caricias contigo!

Soledades juntas (1931)

MIRADAS

Ojos de puente los míos
por donde pasan las aguas
que van a dar al olvido.
Sobre mi frente de acero
mirando por las barandas
caminan mis pensamientos.

Mi nuca negra es el mar,
donde se pierden los ríos,
y mis sueños son las nubes
por y para las que vivo.

Ojos de puente los míos
por donde pasan las aguas
que van a dar al olvido.

Poesía (1930-1931)

POR DENTRO

Mis ojos grandes, pegados
al aire, son los del cielo.
Miran profundos, me miran
me están mirando por dentro.

Yo pensativo, sin ojos,
con los párpados abiertos,
tanto dolor disimulo
como desgracias enseño.

El aire me está mirando
y llora en mi oscuro cuerpo;
su llanto se entierra en carne,
va por mi sangre y mis huesos,
se hace barro y raíces busca
con las que brotar del suelo.

Mis ojos grandes, pegados
al aire, son los del cielo.
En la memoria del aire
estarán mis sufrimientos.

Poesía (1930-1931)

LA VOZ CRUEL

A Octavio Paz

Alzan la voz cruel
quienes no vieron el paisaje,
los que empujaron por el declive pedregoso
la carne ajena,
quienes debieron ser almas de todos
y se arrancaban de ellos mismos
cuerpos parásitos
para despeñarlos.

Mil muertos de sus vidas brotaban,
mil muertos solitarios
que miraban desde el suelo,
durante el último viaje,
la colosal estatua a la injusticia.

No eran muertos,
eran oprimidos,
seres aplastados,
ramas cortadas de un amante o de un padre,
seres conducidos por un deseo imposible,
topos de vicio
que no hallarán la luz
por sus turbias y blandas galerías.

Alzan la voz cruel
quienes no vieron el paisaje,
los que triunfaron
por la paz interior de sus mentiras.

¡Oh mundo desigual!
Mis ojos lloren
el dolor, la maldad:
la verdad humana.

La lenta libertad (1936)

PARA ALCANZAR LA LUZ

Dicen que soy un ángel
y, peldaño a peldaño,
para alcanzar la luz
tengo que usar las piernas.

Cansado de subir, a veces ruedo
(tal vez serán los pliegues de mi túnica),
pero un ángel rodando no es un ángel
si no tiene el honor de llegar al abismo.

Y lo que yo encontré en mi mayor caída
era blando, brillante;
recuerdo su perfume,
su malsano deleite.

Desperté y ahora quiero
encontrar la escalera,
para subir sin alas
poco a poco a mi muerte.

Nuevos poemas de las islas invitadas (1946)

FIN DE UN AMOR

No sé si es que cumplió ya su destino,
si alcanzó perfección o si acabado
este amor a su límite ha llegado
sin dar un paso más en su camino.

Aún le miro subir, de donde vino,
a la alta cumbre donde ha terminado
su penosa ascensión. Tal ha quedado
estático un amor tan peregrino.

No me resigno a dar la despedida
a tan altivo y firme sentimiento
que tanto impulso y luz diera a mi vida.

No es culminación lo que lamento.
Su culminar no causa la partida,
la causará, tal vez, su acabamiento.

Fin de un amor (1949)

MIS PRISIONES

Sentirse solo en medio de la vida
casi es reinar, pero sentirse solo
en medio del olvido, en el oscuro
campo de un corazón, es estar preso,
sin que siquiera una avecilla trine
para darme noticias de la aurora.

Y el estar preso en varios corazones,
sin alcanzar conciencia de cuál sea
la verdadera cárcel de mi alma,
ser el centro de opuestas voluntades,
si no es morir, es envidiar la muerte.

Fin de un amor (1949)