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Recital de poemas de José Agustin Goytisolo

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miércoles, 29 de mayo de 2013

GERARDO DIEGO

                                                                                                                                            
Gerardo Diego, poeta.
por Ana Alejandre
Vida.-

Nació en Cendoya (Santander) el 13 de octubre de 1896. Séptimo hijo de de Manuel Diego Barquín y de Ángela Cendoya Uría, dueños de un comercio de tejidos en dicha localidad.

Cursó estudios en el Instituto General y Técnico de Santander, estudios que compaginaba con las clases de piano, instrumento del que llegó a ser un excelente intérprete. Igualmente, se interesó desde muy pronta edad por la poesía y ya a los trece años comenzó a escribir sus primeros textos poéticos., Posteriormente, curso los estudios de licenciatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Deusto.

Se trasladó a Madrid, en 1916, para cursar los estudios de Doctorado que finalizó en 192 Obtuvo una cátedra de instituto que le llevó a ejercer tanto en Santander, Gijón Soria y Madrid, sucesivamente, y publicó su primer poemario El romancero de la novia a lo que le ayudó Juan Ramón Jiménez a quien le habría presentado el poeta León Felipe.

En estos años, había comenzado a asistir a la tertulia Ultra y también se hizo asiduo del Ateneo de Madrid, colaborando en la revistaCervantes, dirigida por Guillermo de Torre, y también en las publicaciones Grecia y Ultra. Fue en estos años cuando comenzó a relacionarse con escritores y poetas de la talla de Pedro Salinas, Rafael Sánchez Mazas y Federico García Lorca, Cansinos-Assens, Isaac del Vando-Villar, Guillermo de Torre, Alfonso Reyes y otros muchos, pero la amistad más profunda, tanto en el terreno literario como en el personal, fue con Juan Larrea.

Realizó su primer viaje a París y Normandía, invitado por Huidobro, en 1922, donde conoció a Juan Gris, Ferdinand Léger y María Blanchard y a otros muchos artistas vanguardistas importantes de la época.

En 1925 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura por su poemario Versos humanos. A partir de 1927, comenzó a publicar en las revistas Carmen y Lola, en Santander, de las que fue director, eminentemente vanguardistas

En una tertulia de café, en abril de 1926, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Melchor Fernández Almagro, y Gerardo Diego decidieron celebrar el Centenario de Góngora y en reuniones posteriores diseñaron el plan de ediciones, que dió lugar a la llamada Generación del 27.

Recopiló la importante antología Poesía española contemporánea (1915-1932) que reunía a los más importantes poetas de la llamada Generación del 27, a la que está adscrito. En estos años comenzó a ejercer como crítico musical en distintos diarios españoles y, además, en una faceta poco conocida de este gran poeta, también ejerció como crítico taurino en diversas publicaciones.

Contrajo matrimonio en 1934, y la Guerra Civil le sorprende estando de vacaciones en Francia, donde permanece hasta finalizada la contienda, ya que volvió a Madrid, a ejercer como catedrático en el Instituto Beatriz Galindo de esta ciudad, donde permaneció hasta la fecha de su jubilación, en 1966.

Dio conferencias e impartió cursos por todo el mundo y, fue elegido para la Real Academia de la Lengua, por unanimidad en 1947.

Obtuvo un segundo Premio Nacional de Literatura en 1956 y, en 1979, se le concedió el Premio Cervantes.
Falleció en Madrid, el 8 de julio de 1987, y sus restos reposan en el cementerio de Pozuelo de Alarcón.


Obra.-

La poesía de Gerardo Diego, se podría definir por estar dotada de una rica variedad y se puede dividir en dos corrientes o tendencias distintas: una, la tradicional, y otra que busca los caminos de expresión dentro de un evidente y marcado vanguardismo. Él mismo afirmaba estas dos tendencias que subyacen en su obra poética, diciendo textualmente: “Yo no soy responsable de que me atraigan simultáneamente el campo y la ciudad, la tradición y el futuro; de que me encante el arte nuevo y me extasíe el antiguo; de que me vuelva loco la retórica hecha, y me torne más loco el capricho de volver a hacérmela —nueva— para mi uso personal e intransferible”.

Sin embargo, y a pesar de esta dicotomía de estilos poéticos, su obra no está dividida formal y conceptualmente de forma irreconciliable, sino que posee la unidad que le confiere el hecho íntimo de ser la expresión de un poeta, en plena y absoluta libertad, que le permite crear una obra que ofrece una doble y rica variedad formal que no deja, por ello, de ser la misma voz quien subyace debajo de cada una de ellas en dos idiomas, en sentido figurado, que se expresa. Por eso mismo, su deseo de experimentación lo hace incluso en sonetos de corte tradicional en métrica y ritmo, buscando así un deseo de innovación de lo clásico, sin perder, por ello, su propia naturaleza.

Su obra, por tanto, se puede dividir en poesía “de creación” y “de “expresión”. En cuanto a esta última tendencia que se observa en su obra poética, se pueden indicar como obras destacadas Versos humanos (1925) que le consagró ante la crítica y que, como ya se ha dicho, le fue premiado con el Premio Nacional de Literatura, y Nocturnos de Chopin (1963), siendo ésta última una obra en la que está de manifiesto, como en gran parte de su producción poética, la influencia simbolista y a la manifestación de las sensaciones que le proporcionaba la audición de la música, porque no hay que olvidar que era un extraordinario pianista.

Se advierte también la influencia de Juan Ramón Jiménez, en una primera etapa, poeta venerado por la generación más joven de poetas, y de cuya etapa se pueden destacar como más importantes obras como Ángeles de Compostela (1940), Alondra de la verdad (1941), Canciones(1959) y Odas morales (1966), todas ellas están dotadas de una gran perfección formal y estilística.

La crítica casi unánimemente, afirma que la obra vanguardista de Gerardo Diego es la que tiene un mayor valor, tendencia ésta que el poeta cultiva desde muy joven y mantiene durante toda su vida., lo que le hace teorizar sobre el tema, y pronunciarse en cuanto a su alejamiento de las otras corrientes vanguardistas como el surrealismo o el ultraísmo, aunque en ésta última podría encuadrarse uno de sus primeros poemarios titulado Evasión (1919). Otro de sus poemarios, Imagen (1922) parece intentar crear meramente una imagen compleja pero que no refleja nada, sino la simple apariencia de sí misma, en un vació conceptual que busca intencionadamente.

Otras obras como son Manuel de espuma (1924), Fábula de Equis y Zeda (1932), Poemas adrede (1932) y Limbo (1951), son producto de su otra tendencia creacionista, en las que pone en juego el sentido léxico y semántico que contienen planteamientos en cierta forma extraños e inquietantes. Se destaca en estos títulos los experimentos con sus rimas crea atmósferas insólitas, desconcertantes que consigue dar a la expresión poética una total y absoluta libertad e independencia del propio concepto. Las palabras así toman vida propia y se desgajan, ayudadas por la puntuación que intensifican el sentido innovador, magnético y casi perturbador de su poesía.

Su obra completa apareció publicada en dos tomos, en 1989, preparados por él mismo poco antes de su muerte.

Tanto su poesía, como su propia personalidad, estuvieron dotadas de una gran riqueza y versatilidad porque, además de ser el genuino representante español del el Creacionismo y el Ultraísmo, tuvo otras facetas menos conocidas como fueron las de pianista, profesor, crítico literario y musical, articulista, musicólogo y, por si esto fuera poco, crítico taurino y pintor.

Quizás, esta versatilidad y talante polifacético, le permitió tener una creatividad que pudo compaginar en sus dos vertientes: tradicional y vanguardista, sin que ninguna de ellas avasallara a la otra, porque pudo expresarse con acierto en ambas y crear una obra con valor y carácter personal que le ha hecho ser considerado como uno de los más importantes poetas de la Generación del 27 y de las letras españolas del siglo XX.

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Véase:

EL VEINTISIETE EN VANGUARDIA: HACIA UNA LECTURA HISTORICA DE LAS POETICAS MODERNA Y CONTEMPORANEA (I PREMIO INTERNACIONAL GERARDO DIEGO DE INVESTIGACION LITERARIA 2001), de GARCIA, MIGUEL ANGEL, PRE-TEXTOS, 2001.-

GERARDO DIEGO (1896-1996), de VV.AA. y MUÑOZ-ALONSO, AGUSTIN (COORDS.), UNIVERSIDAD CASTILLA-LA MANCHA, 1997.-

GERARDO DIEGO Y EL III CENTENARIO DE GONGORA: CORRESPONDENCIA INE DITA de DIEGO, GERARDO,PRE-TEXTOS, 2001.

CORRESPONDENCIA PEDRO SALINAS, GERARDO DIEGO, JORGE GUILLEN: (192 0-1983), de DIEGO, GERARDO y SALINAS, PEDRO y GUILLEN, JORGE,PRE-TEXTOS, 1996


Bilbiografía y Premios de Gerardo Diego


Gerardo Diego, poeta.
BIBLIOGRAFÍA

El romancero de la novia, Santander, Imp. J. Pérez, 1920.

Imagen. Poemas (1918–1921), M., Gráfica de Ambos Mundos, 1922.

Soria. Galería de estampas y efusiones, Valladolid, Libros para amigos, 1923.

Manual de espumas, M., Cuadernos Literarios (La Lectura), 1924.

Versos humanos, M., Renacimiento, 1925 (Premio Nacional de Literatura 1924–1925).

Viacrucis, Santander, Talleres Aldus, 1931.

Fábula de Equis y Zeda, México, Alcancía, 1932.

Poemas adrede, México, Alcancía, 1932.

Ángeles de Compostela, M., Patria, 1940 (nueva versión completa: M., Giner, 1961).

Alondra de verdad, M., Escorial, 1941.

Primera antología de sus versos, M., Espasa-Calpe, 1941.

Romances (1918–1941), M., Patria, 1941.

Poemas adrede, M., Col. Adonais, 1943 (Edición completa).

La sorpresa, M., CSIC, 1944.

Hasta siempre, M., Mensajes, 1948.

La luna en el desierto, Santander, Vda F. Fons, 1949.

Limbo, Las Palmas de Gran Canaria, El Arca, 1951.

Visitación de Gabriel Miró, Alicante, 1951.

Dos poemas (Versos divinos), Melilla, 1952.

Biografía incompleta, M., Cultura Hispánica, 1953 (Ilustraciones de José Caballero. 2ª edición con nuevos poemas: M., Cultura Hispánica, 1967).

Segundo sueño (Homenaje a Sor Juan Inés de la Cruz), Santander, Col. Tito Hombre, 1953 (Xilografías de Joaquín de la Fuente).

Variación, M., Neblí, 1954.

Amazona, M., Ágora, 1956.

Égloga a Antonio Bienvenida, Santander, Ateneo, 1956.

Paisaje con figuras, Palma de Mallorca, Papeles de Sons Armadans, 1956 (Premio Nacional de Literatura).

Amor solo, M., Espasa-Calpe, 1958 (Premio Ciudad de Barcelona 1952).

Canciones a Violante, M., Punta Europa, 1959.

Glosa a Villamediana, M., Palabra y Tiempo, 1961.

La rama, Santander, La isla de los ratones, 1961.

Mi Santander, mi cuna, mi palabra, Santander, Diputación, 1961.

Sonetos a Violante, Sevilla, La Muestra, 1962.

La suerte o la muerte. Poema del toreo, M., Taurus, 1963.

Nocturnos de Chopin, M., Bullón, 1963.

El jándalo (Sevilla y Cádiz)´, M., Taurus, 1964.

Poesía amorosa 1918–1961, B., Plaza y Janés, 1965.

El Cordobés dilucidado y vuelta del peregrino, M., Revista de Occidente, 1966.

Odas morales, Málaga, Librería Anticuaria El Guadalhorce, 1966.

Variación 2, Santander, Clásicos de Todos los Años, 1966.

Segunda antología de sus versos (1941–1967), M., Espasa-Calpe, 1967.

La fundación del querer, Santander, La isla de los ratones, 1970.

Versos divinos, M., Alforjas para la poesía española (Fundación Conrado Blanco), 1971.

Cementerio civil, B., Plaza y Janés, 1972.

Carmen jubilar, Salamanca, Álamo, 1975.

Cometa errante, B., Plaza y Janés, 1985.


PREMIOS

Premio Nacional de Literatura, ex aequo con Rafael Alberti, 1925

Premio Nacional de Literatura, 1956

Premio Cervantes, 1979


ENLACES

http://www.fundaciongerardodiego.com/

http://www.sc.ehu.es/pswlojaa/gabi/gdiego1.htm

http://www.soria-goig.org/senderos/autores/gerardod2.htm

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=cul&fech=07/11/2007&name=gerardo

http://www.educa.madrid.org/web/ies.gerardodiego.pozuelodealarcon/GerardoDiego.htm

http://sapiens.ya.com/narci3012/gerar.htm


Pemas de Gerardo Diego

                                                                                                                             
Gerardo Diego, poeta
LAS TRES HERMANAS

Estabais las tres hermanas,

las tres de todos los cuentos,

las tres en el mirador

tejiendo encajes y sueños.


Y yo pasé por la calle

y miré... Mis pasos secos

resonaron olvidados

en el vesperal silencio.


La mayor miró curiosa,

y la mediana riendo

me miró y te dijo algo...

Tú bordabas en silencio,


como si no te importase,

como si te diese miedo.

Y después te levantaste

y me dijiste un secreto


en una larga mirada,

larga, larga... Los reflejos

en las vidrieras borrosas

desdibujaban tu esbelto


perfil. Era tu figura

la flor de un nimbo de ensueño.

... Tres erais, tres, las hermanas

como en los libros de cuento.

El romancero de la novia (1918)



BRINDIS

A mis amigos de Santander que festejaron

mi nombramiento profesional.


Debiera hora deciros: —«Amigos,

muchas gracias», y sentarme, pero sin ripios.

Permitidme que os lo diga en tono lírico,

en verso, sí, pero libre y de capricho.

Amigos:

dentro de unos días me veré rodeado de chicos,

de chicos torpes y listos,

y dóciles y ariscos,

a muchas leguas de este Santander mío,

en un pueblo antiguo,

tranquilo

y frío,

y les hablaré de versos y de hemistiquios,

y del Dante, y de Shakespeare, y de Moratín (hijo),

y de pluscuamperfectos y de participios,

y el uno bostezará y el otro me hará un guiño.

Y otro, seguramente el más listo,

me pondrá un alias definitivo.

Y así pasarán cursos monótonos y prolijos.

Pero un día tendré un discípulo,

un verdadero discípulo,

y moldearé su alma de niño

y le haré hacerse nuevo y distinto,

distinto de mí y de todos: él mismo.

Y me guardará respeto y cariño.

Y ahora os digo:

amigos,

brindemos por ese niño,

por ese predilecto discípulo,

por que mis dedos rígidos

acierten a moldear su espíritu,

y mi llama lírica prenda en su corazón virgíneo,

y por que siga su camino

intacto y limpio,

y porque este mi discípulo,

que inmortalice mi nombre y mi apellido,

... sea el hijo,

el hijo

de uno de vosotros, amigos.

Versos humanos (1918-1924)



CUADRO

A Maurice Raynal


El mantel jirón del cielo

es mi estandarte

y el licor del poniente

da su reflejo al arte


Yo prefiero el mar cerrado

y al sol le pongo sordina

Mi poesía y las manzanas

hacen la atmósfera más fina


Enmedio la guitarra

Amémosla


Ella recoge el aire circundante

Es el desnudo nuevo

venus del siglo o madona sin infante


Bajo sus cuerdas los ríos pasan

y los pájaros beben el agua sin mancharla


Después de ver el cuadro

la luna es más precisa

y la vida más bella


El espejo doméstico ensaya una sonrisa

y en un transporte de pasión

canta el agua enjaulada en la botella

Manual de espumas (1922)



A C. A. DEBUSSY

Sonidos y perfumes, Claudio Aquiles,

giran al aire de la noche hermosa.

Tú sabes dónde yerra un son de rosa,

una fragancia rara de añafiles


con sordina, de crótalos sutiles

y luna de guitarras. Perezosa

tu orquesta, mariposa a mariposa,

hasta noventa te abren sus atriles.


Iberia, Andalucía, España en sueños,

lentas Granadas, frágiles Sevillas,

Giraldas tres por ocho, altas Comares.


Y metales en flor, celestes leños

elevan al nivel de las mejillas

lágrimas de claveles y azahares.

Alondra de verdad (1926-1936)


SUCESIVA


Déjame acariciarte lentamente,

déjame lentamente comprobarte,

ver que eres de verdad, un continuarte

de ti misma a ti misma extensamente.


Onda tras onda irradian de tu frente

y mansamente, apenas sin rizarte,

rompen sus diez espumas al besarte

de tus pies en la playa adolescente.


Así te quiero, fluida y sucesiva,

manantial tú de ti, agua furtiva,

música para el tacto perezosa.


Así te quiero, en límites pequeños,

aquí y allá, fragmentos, lirio, rosa,

y tu unidad después, luz de mis sueños.


Alondra de verdad (1926-1936)


INSOMNIO


Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes.

Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo,

y tú, inocente, duermes bajo el cielo.

Tú por tu sueño, y por el mar las naves.


En cárceles de espacio, aéreas llaves

te me encierran, recluyen, roban. Hielo,

cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo

que alce hasta ti las alas de mis aves.


Saber que duermes tú, cierta, segura

—cauce fiel de abandono, línea pura—,

tan cerca de mis brazos maniatados.


Qué pavorosa esclavitud de isleño,

yo, insomne, loco, en los acantilados,

las naves por el mar, tú por tu sueño.

Alondra de verdad (1926-1936)


AMOR

Góngora 1927


Era el mes que aplicaba sus teorías

cada vez que un amor nacía en torno

cediendo dócil peso y calorías

cuando por caridad ya para adorno

en beneficio de esos amadores

que hurtan siempre relámpagos y flores


Ella llevaba por vestido combo

un proyecto de arcángel en relieve

Del hombro al pie su línea exacta un rombo

que a armonizar con el clavel se atreve

A su paso en dos lunas o en dos frutos

se abrían los espacios absolutos


Amor amor obesidad hermana

soplo de fuelle hasta abombar las horas

y encontrarse al salir una mañana

que Dios es Dios sin colaboradoras

y que es azul la mano del grumete

—amor amor amor— de seis a siete


Así con la mirada en lo improviso

barajando en la mano alas remotas

iba el galán lacrándole el aviso

de plumas blancas casi gaviotas

por las calles que huelen a pintura

siempre buscando a ella en cuadratura


Y vedla aquí equipando en jabón tierno

globos que nunca han visto las espumas

vedla extrayendo de su propio invierno

la nieve en tiras la pasión en sumas

y en margaritas que pacerá el chivo

su porvenir listado en subjuntivo


Desde el plano sincero del diedro

que se queja al girar su arista viva

contempla el amador nivel de cedro

la amada que en su hipótesis estriba

y acariciando el lomo del instante

disuelve sus dos manos en menguante


«A ti la bella entre las iniciales

la más genuina en tinta verde impresa

a ti imposible y lenta cuando sales

tangente cuando el céfiro regresa

a ti envío mi amada caravana

larga como el amor por la mañana


Si tus piernas que vencen los compases

silencioso el resorte de sus grados

si más dificil que los cuatro ases

telegrama en tu estela de venados

mis geometrías y mi sed desdeñas

no olvides canjear mis contraseñas


Luna en el horno tibio de aburridas

bien inflada de un gas que silba apenas

contempla mis rodillas doloridas

así no estallen tus mejillas llenas

contempla y dime si hay otro infortunio

comparable al desdén y al plenilunio


Y tú inicial del más esbelto cuello

que a tu tacto haces sólida la espera

no me abandones no Yo haré un camello

del viento que en tus pechos desaltera

Y para perseguir tu fuga en chasis

yo te daré un desierto y un oasis


Yo extraeré para ti la presuntuosa

raíz de la columna vespertina

Yo en fiel teorema de volumen rosa

te expondré el caso de la mandolina

Yo peces te traeré (entre crisantemos)

tan diminutos que los dos lloremos


Para ti el fruto de dos suaves nalgas

que al abrirse dan paso a una moneda

Para ti el arrebato de las algas

y el alhelí de sálvese el que pueda

y los gusanos de pasar el rato

príncipes del azar en campeonato


Príncipes del azar Así el tecleo

en ritmo y luz de mecanografía

hace olvidar tu nombre y mi deseo

tu nombre que una estrella ama y enfría

Príncipes del azar gusanos leves

para pasar el rato entre las nieves


Pero tú voladora no te obstines

Para cantar de ti dame tu huella

La cruzaré de cuerdas de violines

y he de esperar que el sol se ponga en ella

Yo inscribiré en tu rombo mi programa

conocido del mar desde que ama»


Y resumiendo el amador su dicho

recogió los suspiros redondeles

y abandonado al humo del capricho

se dejó resbalar por dos rieles

Una sesión de circo se iniciaba

en la constelación decimoctava

Gerardo Diego, 1927

Fábula de Equis y Zeda (1926-1929)


A MANUEL MACHADO


Porque se llama Manuel

y Machado se apellida,

en su verso Muerte y Vida

juegan partida y nivel.


¿Quién vence? Tablas. Y él,

banderillero de Apolo,

supo, cantó y está solo:

ese poeta chapado

que se apellida Machado

y le llamaban Manolo.

Hasta siempre (1925-1941)



ADIÓS A PEDRO SALINAS


El cielo se serena

Salinas cuando suena


Cantan los verbos en vacaciones

jaculatorias y conjugaciones


Yo seré tú serás él será

La imagen de ayer mañana volverá


La imagen duplica el presagio

¿Rezas cuando truena el trisagio?


El mundo se envenena

Salinas cuando no suena


La música más extremada

es el silencio de la boca amada


Amar amar y siempre amar

haber amado haber de amar


Y de la media de la abuela

caen las onzas oliendo a canela


El cielo se enrojece

Salinas cuando te mece


Era tu reino el del rubor

Tanta hermosura alrededor


Rosa y azul azul y rosa

Cuidado que no se te rompa


Y por tus ojos la borrasca

y la ventisca y el miedo a las hadas


El cielo se aceituna

Salinas cuando te acuna


¿No habéis visto en flor el olivo?

Sí no sí no azar del subjuntivo


¿Nunca visteis el otoño del ciervo

no habéis sabido deshojar un verbo?


Llega diciembre y llora el roble

y el cocotero de Puertopobre


El mundo se espanta

Salinas cuando no canta


Cantan los verbos en la escuela

Redondo está el cielo a toda vela


¿Pedro Salinas Serrano? Falta

Y los niños de pronto se callan


Unos en otros buscan amparo

Todo más claro mucho más claro


El cielo quiere quererme

Salinas cuando te duerme

Gerardo Diego, 1952

Biografía incompleta (1925-1941)


CONTINUIDAD


Las campanas en flor no se han hecho para los senos de oficina

ni el tallo esbelto de los lápices remata en cáliz de condescendencia

La presencia de la muerte
se hace cristal de roca discreta

para no estorbar el intenso olor a envidia joven

que exhalan los impermeables


Y yo quiero romper a hablar a hablar

en palabras de nobles agujeros dominó del destino

Yo quiero hacer del eterno futuro

un limpio solo de clarinete con opción al aplauso

que salga y entre libremente por mis intersticios de amor y de odio

que se prolongue en el aire y más allá del aire

con intenso reflejo en jaspe de conciencias


Ahora que van a caer oblicuamente

las últimas escamas de los llantos errantes

ahora que puedo descorrer la lluvia

y sorprender el beso tiernísimo de las hojas y el buen tiempo

ahora que las miradas de hembra y macho

chocan sonoramente y se hacen trizas

mientras aguzan los árboles sus orejas de lobo

dejadme salir en busca de mis guantes

perdidos en un desmayo de cielo acostumbrado a mudar de pechera


La vida es favorable al viento

y el viento propicio al claro ascendiente de los frascos de esencia

y a la iluminación transversal de mis dedos

Un álbum de palomas rumoroso a efemérides

me persuade al empleo selecto de las uñas bruñidas

Transparencia o reflejo

el amor diafaniza y viaja sin billete

de alma a alma o de cuerpo a cuerpo

según todas las reglas que la mecánica canta


Ciertamente las campanas maduras no saben que se cierran como los senos de oficina

cuando cae el relente

ni el tallo erguido de los lápices comprende que ha llegado el momento de coronarse de gloria

Pero yo sí lo sé y porque lo sé lo canto ardientemente

Los dioses los dioses miradlos han vuelto sin una sola cicatriz en la frente

Biografía incompleta (1925-1941)


ESPERANZA

¿Quién dijo que se agotan la curva el oro el deseo

el legítimo sonido de la luna sobre el mármol

y el perfecto plisado de los élitros

del cine cuando ejerce su tierno protectorado?


Registrad mi bolsillo

Encontraréis en él plumas en virtud de pájaro

migas en busca de pan dioses apolillados

palabras de amor eterno sin

carta de aterrizaje

y la escondida senda de las olas

Biografía incompleta (1925-1941)



PALABRAS PROFÉTICAS

Homenaje a San Juan de la Cruz


Arrastrar largamente la cola del desmayo

sin miedo a una posible rebelión de fragancia

Dejarse florecer durante el mes de mayo

de alelíes las manos los ojos de distancia


Perdonar a la lluvia su vocación profunda

su amor de las estatuas su modelado egregio

perdonarla aunque luego sepamos que se inunda

de torsos mutilados el jardín del colegio


Olvidar los perfumes que lloran los colores

merecer los escorzos que renuevan el aire

Dimitir abdicar coronas y esplendores

corbatas fabulosas perdidas al desgaire


Porque querido amigo ya todo se compensa

mis deudas tus jazmines trastornos siderales

el muerto que se estira el caracol que piensa

y el ala de la tórtola prolongando hospitales

Poemas adrede (1926-1941)


AZUCENAS EN CAMISA

A Fernando Villalón


Venid a oír de rosas y azucenas

la alborotada esbelta risa

Venid a ver las rosas sin cadenas

las azucenas en camisa


Venid las amazonas del instinto

los caballeros sin espuelas

aquí al jardín injerto en laberinto

de girasoles y de bielas


Una música en níquel sustentada

cabellos curvos peina urgente

y hay sólo una mejilla acelerada

y una oropéndola que miente


Agria sazón la del febril minuto

todo picado de favores

cuando al jazmín le recomienda el luto

un ruiseñor de ruiseñores


Cuando el que vuelve de silbar a solas

el vals de «Ya no más Me muero»

comienza a perseguir por las corolas

la certidumbre del sombrero


No amigos míos Vuelva la armonía

y el bienestar de los claveles

Mi corazón amigos fue algún día

tierno galope de corceles


Quiero vivir La vida es nuevo estilo

grifo de amor grifo de llanto

Girafa del vivir Tu cuello en vilo

yo te estimulo y te levanto


Pasad jinetes leves de la aurora

hacia un oeste de violetas

Lejos de mí la trompa engañadora

y al ralantí vuestras corvetas


Toman las nubes a extremar sus bordes

más cada día decisivos

Y a su contacto puéblense de acordes

los dulces nervios electivos


Rozan mis manos dádivas agudas

lunas calientes y dichosas

Sabed que desde hoy andan desnudas

las azucenas y las rosas

Poemas adrede (1926-1941)





PALABRAS PROFÉTICAS

Homenaje a San Juan de la Cruz 


Arrastrar largamente la cola del desmayo

sin miedo a una posible rebelión de fragancia

Dejarse florecer durante el mes de mayo

de alelíes las manos los ojos de distancia


Perdonar a la lluvia su vocación profunda

su amor de las estatuas su modelado egregio

perdonarla aunque luego sepamos que se inunda

de torsos mutilados el jardín del colegio


Olvidar los perfumes que lloran los colores

merecer los escorzos que renuevan el aire

Dimitir abdicar coronas y esplendores

corbatas fabulosas perdidas al desgaire


Porque querido amigo ya todo se compensa

mis deudas tus jazmines trastornos siderales

el muerto que se estira el caracol que piensa

y el ala de la tórtola prolongando hospitales

Poemas adrede (1926-1941



LA SOMBRA DEL NOGAL

Homenaje a Vicente Aleixandre. 


La sombra del nogal es peligrosa

Tupido en el octubre como bóveda

como cúpula inmóvil

nos cobija e invita

a su caricia fresca

y van cayendo frutos uno a uno

torturados cerebros nueces nueces


Por las noches

sombra de luna muerta de el nogal

y van sucidándose una a una

sus hojas quejumbrosas

y pies desconocidos invisibles

las huellan las quebrantan las sepultan

librándolas así

del torbellino eólico

que azota a lo mortal abandonado

sobre la haz funesta de la tierra

impenetrable


Pero ¿quién pasa quién posa?

¿De quién los pies piadosos redentores?

Cometa errante (Hojas) (1968-1983)